jueves, 23 de abril de 2009

Procesionaria. Aracena

La procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) es una plaga que puede tener efectos devastadores no sólo en los pinos, sino también en los cedros. En el Parque Municipal de Aracena hay cinco cedros enormes y muy bonitos, y los cinco están afectados por esta plaga. Se nota porque de sus ramas cuelgan abundantes los bolsones, los típicos nidos de seda donde se refugian en masa las orugas. Se nota además porque durante el invierno las orugas han ido comiendo y han dejado los árboles sin hojas, como si se hubieran secado, principalmente por su cara sur, la más cálida y la preferida por las orugas.

La procesionaria es una mariposa nocturna. Los adultos, que no se alimentan, no viven más de una o dos noches, el tiempo suficiente para reproducirse y que cada hembra deje sobre las acículas de los pinos o cedros cientos de huevos. Las orugas, al principio muy pequeñitas, salen a finales del verano y empiezan a alimentarse sobre las mismas acículas donde nacieron. Poco a poco van creciendo y desplazándose por el árbol y cuando llega el invierno construyen los bolsones de seda que les sirven de refugio contra el frío. Las orugas son muy voraces y, cuando sus poblaciones son altas, suelen dejar los árboles sin una sola hoja. A finales del invierno han aumentado su tamaño en diez veces. Entonces bajan de los árboles en procesión, una tras otra en una larga fila, en busca de un lugar apropiado donde enterrarse hasta una profundidad de unos 15-20 cm. Este año, en el Parque de Aracena estas procesiones tuvieron lugar a finales de Febrero. Bajo tierra las orugas se transforman en crisálidas que, pasado un tiempo que va desde varios días a varios años, sufren la metamorfosis y dan lugar a los adultos. Las mariposas salen de la tierra en verano, durante el crepúsculo, para reproducirse y cerrar de nuevo el ciclo.

Hay varios motivos por los que el Ayuntamiento debería ocuparse de esta plaga y evitar que siga aumentando sin control:
1. Las orugas están dañando y debilitando los cedros del Parque
2. Las orugas están cubiertas de pelos urticantes. Cuando son muy abundantes pueden provocar irritación y reacciones alérgicas intensas en la gente que visita el Parque. Dos de estos cedros están junto a la zona de juegos infantiles.
3. El Parque actúa como un foco desde el que la plaga se extiende por otras zonas.

Los tratamientos posibles son: En verano, la colocación de trampas con feromonas para combatir la reproducción y la puesta. En otoño, tratamiento insecticida contra las orugas pequeñas. En invierno, eliminación de los bolsones. No estaría de más, también, la colocación de cajas nido que favorezcan la presencia de pájaros insectívoros en el Parque.

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Alcornoque de Los Marines

En el camino que sale de Los Marines hacia el cementerio, a escasos 50 metros de la entrada de éste, está este magnífico ejemplar de alcornoque. Está situado justo en un talud al borde del camino, con la mitad del tronco en el camino y la otra mitad en la linde de una parcela privada. Este alcornoque, muy antiguo, ha debido acompañar a los usuarios del camino, que baja a las huertas de Los Marines, durante al menos el último siglo. Tiene un enorme tronco de 4.60 m de perímetro, una vez descorchado. Antes del descorche superaría de largo los 5 m. La copa abarca una enorme superficie y, en general, el árbol está aparentemente en buen estado.

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miércoles, 22 de abril de 2009

Poda de olmos en las Tenerías. Aracena

En este blog lo hemos comentado ya varias veces: Es increíble que tras varias epidemias de grafiosis y después de décadas de abandono y agresiones directas de diverso tipo, todavía tengamos en la Sierra la suerte de poder contar con varios grupos de olmos centenarios, restos de unas especies ya casi desaparecidas, que constituyen un auténtico monumento cultural y natural. Y como ya lo hemos contado, suponemos que nuestras autoridades están al tanto de que su obligación es conocer, cuidar y respetar este patrimonio.

Los olmos de Las Tenerías, como otros grupos de olmos en la Sierra que llevan tantos años de abandono, necesitaban una poda que los sanease y los revitalizase. Pero, como cualquiera que entienda algo del tema sabe, las podas suelen ser labores delicadas que hay que hacer con cuidado y pensárselas bien, porque condicionan el futuro del árbol. Mucho más en ejemplares de este valor, en los que la poda requiere unos buenos conocimientos sobre el tema y un trabajo cuidadoso y bien calculado.

Nada de esto se ha tenido en cuenta en la poda que acaban de hacerles a los olmos de Las Tenerías. De hecho, más que podarlos, los han terciado, una práctica que en arboricultura se aconseja sólo en casos excepcionales. Y no sólo eso: han cortado muchas ramas gruesas (muy gruesas) sin dejar tirasavias en ninguna de ellas; han cortado a una distancia incorrecta del tronco, dejando tocones libres que no podrán cicatrizar; han provocado desgarros de corteza en varias ramas de varios árboles; y no sólo han desaprovechado la oportunidad para equilibrar las copas sino que en muchos casos las han desequilibrado aún más. Todas estas prácticas tendrán consecuencias futuras. Aparte de los desequilibrios, es de esperar que todos estos cortes y heridas provoquen en un futuro la seca de ramas y la invasión de patógenos. De hecho, esto ya venía ocurriendo, y en la mayoría de los nuevos cortes se aprecia cómo la médula de estos árboles está ya afectada por las típicas pudriciones que se originan por heridas de poda.
Un desastre. Pulsando aquí podéis ver más fotos del estado en que han quedado los árboles, para que cada cual pueda sacar sus conclusiones.

Por cierto, en Internet hay muchas páginas con información básica sobre técnicas de poda en árboles, donde cualquiera puede contrastar nuestras opiniones. Por ejemplo, pulsando aquí podéis acceder a un bonito folleto de la Universidad de California y pulsando aquí, a una página web con información detallada sobre el tema.

A propósito de olmos, esta primavera hemos comprobado que varios de los olmos del recinto del Rodeo se han secado definitivamente, entre ellos, los que estaban anillados, que ya denunciamos aquí en su tiempo. Podéis ver las fotos de los árboles secos en aquella misma entrada: Olmos del Rodeo.