domingo, 21 de diciembre de 2008

Plaza del Coso. Fuenteheridos

La arboleda de la Plaza del Coso es, sin duda, una de nuestras favoritas. Son sólo cuatro árboles, pero en la Sierra, estos cuatro árboles forman un conjunto único, original y distinto al resto. Hay árboles que parecen que se ponen de moda y se repiten hasta el aburrimiento en todos los pueblos. Ha ocurrido por ejemplo con los arces negundos, los olmos pumila, las catalpas, los plátanos, las tipuanas, las melias… Son árboles abundantes y baratos en los viveros, porque se multiplican bien y crecen rápido. Así que cuando un ayuntamiento necesita algunos árboles, compra de estos sin pensárselo más veces. Pero no siempre estos árboles son los más apropiados a cada sitio ni, por supuesto, los únicos posibles. Hay muchísimas especies que podrían ir muy bien en nuestra sierra. Sólo haría falta probarlas.
Los árboles de la Plaza del Coso son un ejemplo de esto último. En un espacio bastante reducido encontramos un castaño de indias (Aesculus hippocastanum), un arce blanco (Acer pseudoplatanus) y un tilo común (Tilia platyphyllos), todos ellos de muy buen tamaño y en buen estado, además de otro tilo que han plantado hace poco. En primavera y verano estos árboles desarrollan una fronda espesa y aromática, que da una sombra fresca en toda la plaza. La sombra además se acompaña del piar de los pájaros y el sonido de la fuente cercana, la de los doce caños. Con esta combinación no es de extrañar que esta plaza sea una de las más acogedoras y visitadas de la Sierra. Una auténtica plaza con encanto de la que tomar ejemplo en otros pueblos.

(Pulsa en la foto para ver más imágenes)

Plaza del Pilar. Aracena

La plaza del Marqués de Aracena, más conocida como Plaza del Pilar o simplemente El Paseo, es un punto clave y uno de los sitios más vivos y más bonitos de este pueblo. Es una plaza muy amplia en la que se distinguen tres partes, como tres bandas longitudinales. La del medio consiste en un espacio despejado en el que destaca la fuente, que ocupa el centro de la plaza. Los espacios laterales, con más de 50 alcorques distribuidos regularmente por toda su superficie, están pensados para albergar una buena arboleda. En otras circunstancias ésta sería una arboleda con muchas posibilidades que debería contribuir a embellecer la plaza y a refrescar el ambiente en los meses de calor. Por desgracia, actualmente esto no es exactamente así. Los árboles que ocupan estos alcorques son en su mayoría robinias (Robinia pseudoacacia), aparte de dos o tres tipuanas (Tipuana tipa) intercaladas entre ellas. Por algún motivo estas robinias no han llegado a adaptarse bien a este sitio. Algunas están ya casi totalmente secas y la mayoría presenta un estado lamentable. La arboleda del paseo muestra una decadencia que se acentúa cada año y, desde luego, no le hace justicia al sitio que ocupa.

(Pulsar en la foto para ver más imágenes)

Plaza de la Constitución. Higuera de la Sierra

La arboleda de la Plaza de la Constitución de Higuera la componen unos 20 plátanos de sombra, plantados hace unos años y, por tanto, todavía de relativamente pequeño tamaño. Lo que más destaca de estos árboles es que en ellos se descubre un cuidadoso trabajo de jardinería, cosa poco frecuente en los pueblos de la Sierra. Estos plátanos están podados favoreciendo el crecimiento de las copas hacia los lados. Las ramas laterales se dejan crecer para poder entrelazarlas con las ramas de los árboles vecinos. De esta forma se construye una especie de pérgola o emparrado continuo que recorre todo el perímetro de la plaza, y hace sombra justo sobre la fila de bancos.

(Pulsa en la foto para ver más imágenes)

La Plaza del Jamón. Jabugo

La arboleda de la Plaza del Jamón de Jabugo es de auténtica pena. Que en una plaza nueva, que es además la principal plaza del pueblo, se limiten a plantar diez o quince naranjos de metro y medio de alto dice mucho del interés y el aprecio que muestran las autoridades por los árboles. Es discutible que los naranjos sean los mejores árboles para adornar una plaza así, principalmente porque tardan en desarrollar una copa frondosa que sombree los bancos en verano y porque, al ser de hoja perenne, no dejan pasar el sol y el calor en invierno. Pero bueno, si los naranjos son su elección, al menos podrían haberse gastado un poquito más y haber puesto unos árboles de un tamaño más razonable, y no lo que han puesto… Los árboles que han plantado no llegarán a estar en su apogeo hasta dentro de veinte años, y esto si sobreviven… En fin, no nos extendemos más. Aquí están las fotos; cada cual que juzgue por sí mismo.

(Pulsa en la foto para ver más imágenes)

sábado, 15 de noviembre de 2008

Corta de árboles en Linares

La semana pasada cortaron varios árboles del parquecito de Linares, el que está junto a la Iglesia, por encima de la plaza de toros. Por ahora han cortado tres olivos centenarios que estaban junto a los columpios y un olmo con casi dos metros de perímetro de tronco. No sabemos cuál ha sido la justificación de esta corta, ni si está previsto continuarla con más árboles. Se corrió por ahí la voz de que iban a cortar también el alcornoque de la plaza de toros, pero por ahora sólo le han podado varias ramas bajas que, en principio, no comprometen su futuro. Por su tamaño, por el sitio inverosímil que ocupa y por constituir un rasgo distintivo del pueblo y su carácter, el alcornoque de la plaza de toros debería pasar a formar parte de un Inventario de Árboles Singulares de La Sierra y ser tratado con exquisito cuidado por las autoridades responsables.

(Gracias a G. Fernández por el aviso)
(Pulsa en la foto para ver más imágenes)

Nuevas plantaciones. Aracena

Entre los objetivos de esta asociación está no sólo defender el arbolado existente en la Sierra, sino también fomentar la plantación de nuevos árboles. Por eso nos alegra reconocer que el ayuntamiento de Aracena ha plantado en los dos o tres últimos años probablemente más árboles que los que se plantaron en el pueblo en las dos o tres últimas décadas. Destacamos los del nuevo paseo del sanatorio, que juntan más de 150 árboles entre sóforas (la mayoría) y aligustres; las alrededor de 30 catalpas de la Plaza de Santo Domingo; una decena de plátanos en La Albuhera; dos (sólo dos!) castaños de indias en la placita que han hecho en el cruce de “el punto” frente al nuevo supermercado; los árboles de las nuevas rotondas (catalpas, ciruelos rojos, varias coníferas) y ocho liquidámbar, en la nueva plaza junto a la Fuente del Concejo, en San Pedro. Hasta donde nosotros sabemos, estos liquidámbar (también llamados ocozoles; nombre científico: Liquidambar styraciflua) son los únicos ejemplares de esta especie presentes en la Sierra. Originaria de América, esta especie es muy apreciada como árbol ornamental y ya se encuentra por los países templados de todo el mundo. Su éxito se debe sobre todo a los colores rojizos espectaculares que pueden tomar las hojas en otoño, antes de la caída. Esperemos que se adapte bien a nuestro clima...

(Pulsa en la foto para ver más imágenes)

martes, 23 de septiembre de 2008

Los olmos y la grafiosis

Desde muy antiguo, primero en Europa, y después en Norte América, los olmos han sido, con diferencia, el árbol ornamental preferido en pueblos y ciudades. Sus características los hacían los árboles ideales en los ambientes urbanos. Son de crecimiento rápido y pueden durar cientos de años, alcanzando un porte majestuoso. Son además bonitos, agradables, coloridos. La espesura de sus copas hace que ofrezcan una sombra fresca que reduce el calor del verano. En invierno, sin embargo, pierden las hojas, permitiendo la entrada de la luz y el sol. Y además son muy resistentes y soportan bien los trasplantes, los rigores del clima o los daños físicos (podas, rotura de ramas...), y se adaptan bien a distintos tipos de suelo (entre ellos el suelo compacto de las ciudades).

A principios del siglo XX, los olmos eran una constante en prácticamente todos los pueblos y ciudades de Europa y Norte América. Estos olmos, junto con los muchos que vivían de forma silvestre en los bosques, constituían poblaciones de cientos de millones de árboles. Hoy en día casi todos ellos han desaparecido a consecuencia de la grafiosis, una enfermedad provocada por un hongo. Las antiguas poblaciones de olmos están al borde de la extinción, y la grafiosis se ha convertido en una de las enfermedades vegetales más devastadoras de las que tengamos noticia.

La grafiosis, que al parecer procede de Asia, se ha extendido por el mundo en dos grandes oleadas. La primera se inició a principios del siglo XX en el noroeste de Europa y la causó el hongo Ophiostoma ulmi. La segunda, mucho más virulenta, la provocó otra especie del mismo género llamada Ophiostoma novo-ulmi. Esta segunda pandemia se inició en los años 80 y todavía perdura. El hongo se dispersa adherido a la superficie de unos pequeños escarabajos (escolítidos) que excavan galerías bajo la corteza de los olmos. Esta asociación de hongo y escolítidos resulta muy eficiente y hace que la enfermedad se expanda de forma casi imparable. A pesar de ello, en todos los países civilizados afectados se han puesto en marcha programas de investigación y actuación para intentar frenar la expansión de la enfermedad. Una iniciativa para divulgar el valor patrimonial de los olmos, puesta en marcha por el Ministerio de Medio Ambiente se puede ver en la página web de “Los últimos olmos ibéricos”. Si queréis saber más sobre este tema os recomendamos el programa emitido recientemente en "La Aventura del Saber" de tve (pulsa aquí).

La grafiosis también ha llegado a la Sierra y ha acabado con muchos de nuestros olmos. Ya en los años 70 se detectaron en nuestra comarca los primeros casos de árboles infectados por O. novo-ulmi, la especie más virulenta. Todavía hoy se siguen registrando casos. De hecho, este verano parece haber sido especialmente propicio a la enfermedad en nuestra comarca. Basta recorrer la carretera N-433 entre Aracena y Valdezufre para comprobar que muchos de los olmos pumila asilvestrados que crecen en los márgenes de la carretera empiezan a presentar los síntomas típicos de la enfermedad o están ya totalmente secos (Pulsa aquí para ver algunas imágenes).

Por suerte, y a pesar de los pesares, todavía quedan algunos olmos singulares en nuestra comarca. Por desgracia, la mayoría de ellos se encuentran en un estado de abandono lamentable, cuando no son directamente agredidos por las autoridades responsables. Varios casos hemos recogido ya en las páginas de este blog. A continuación presentamos algunos más.

La Alameda de Valdehelechoso. Aracena

Esta imagen está tomada de una postal de Aracena que muestra la “Alameda de Valdehelechoso” alrededor de los años 20. Aunque le llamasen alameda, los árboles que la formaban debían ser en su mayoría olmos, como se aprecia en los que están más cerca. El muro y la entrada a la finca de Valdehelechoso, también conocida como la “Huerta Los Pavos”, aparecen a la izquierda de la fotografía, junto al camino.

La alameda de Valdehelechoso era en realidad el camino de salida del pueblo en dirección a Sevilla. Parece ser que antiguamente existía la buena costumbre de mantener densas arboledas como esta en los accesos a los pueblos. De hecho, todavía quedan restos de estas antiguas arboledas en algunos pueblos de la Sierra, por ejemplo, en Galaroza, en Jabugo (ver las entradas siguientes) y en Aracena (Avenida de la Reina de los Ángeles y calle Tenerías). Entre otras cosas, estas alamedas servían para embellecer las entradas a los pueblos, entradas que hoy en día están totalmente descuidadas, aunque son la primera y la última impresión de ellos que reciben los visitantes (¿Quién haría hoy en día una postal turística mostrando la entrada de alguno de los pueblos de la Sierra?). Además servían para el disfrute de sus propios habitantes, que usaban estas alamedas como sitio de recreo y de paseo. Aunque parezca increíble, todavía la gente sale a pasear por estas carreteras, aunque casi no tengan espacio para caminar y tengan que soportar el tráfico y casi jugarse la vida.
Los restos que quedan de estas antiguas alamedas se encuentran ahora en un estado bastante lamentable. El principal problema de estas arboledas parece haber sido que, al encontrarse fuera de la zona urbana, no han sido competencia del ayuntamiento sino del gobierno central o el autonómico a través del organismo responsable del mantenimiento de las carreteras. Sin embargo estas arboledas son parte del patrimonio de los pueblos en los que se encuentran y los ayuntamientos correspondientes deberían reclamar su competencia sobre ellas.

Ya no queda nada de la antigua alameda de Valdehelechoso. El olmo que quedaba, último testigo de aquellos tiempos, se secó este verano, después de sufrir una poda más que discutible. Como ya contamos en este blog (ver aquí), el año pasado cortaron los otros dos olmos que lo acompañaban. Quien tenga curiosidad puede acercarse a ver el tamaño impresionante de los tocones que quedaron

(Pulsa en la foto para ver la imagen actual)

El Olmo de Cortelazor

Este es sin duda uno de los árboles más emblemáticos de la Sierra. Se encuentra en la Plaza del Olmo, en el corazón del pueblo de Cortelazor y constituye una auténtica reliquia. Tiene un tronco enorme (unos 5,2 m de perímetro) y se le calcula una edad aproximada de 400 años. Sin embargo, los muchos avatares que habrá sufrido a lo largo de su vida han hecho que este árbol no tenga ni el aspecto impresionante ni el porte magnífico que serían de esperar de un ejemplar tan antiguo. Su tronco está hueco y tiene una enorme grieta vertical que amenaza con partirlo en dos. De hecho, si todavía el olmo se mantiene en pié es gracias a los desvelos de Kiko, que hace las veces de jardinero del pueblo. Él puso un cable alrededor del tronco que evita que se desgarre, apuntaló las ramas más pesadas y mantiene el árbol podado intentando equilibrar el peso de la copa.
Este árbol fue incluido en el segundo tomo del catálogo de Árboles Monumentales de España editado en 2005 por la Compañía Logística de Hidrocarburos CLH, S.A. En su ficha (pulsar aquí)pone que “El ayuntamiento de Cortelazor la Real ha iniciado los trámites con la Consejería de Medio Ambiente para declarar este olmo Monumento Natural”. Sin embargo, hasta donde nosotros sabemos, por el momento ninguna de las administraciones ha dedicado ni atención ni recursos especiales para su protección y mantenimiento.

(Pulsa en la foto para ver más imágenes)

Olmos de Galaroza

Galaroza tiene un problema pendiente. La carretera nacional N-433 bordea el pueblo tan de cerca que, en la práctica ocupa parte del casco urbano y constituye una auténtica, travesía. Esta nacional es la carretera principal que atraviesa la Sierra, y soporta un intenso e incesante tráfico de todo tipo de vehículos, incluidos camiones y autobuses. Por si esto fuera poco, en uno de los tramos de la travesía la carretera se estrecha tanto que queda el sitio justo para que se crucen dos coches. En ese tramo la carretera está limitada a un lado por un talud, y al otro, por una fila de olmos. Son unos 20 olmos centenarios, grandes, de 2 a 3 m de perímetro de tronco. Entre el talud, la carretera y los olmos no queda el más mínimo espacio así que, al que tiene que recorrer a pie este tramo no le queda más remedio que hacerlo por la carretera y asumir el riesgo.
Como solución al problema, el anterior alcalde de Galaroza, D. José Lozano, propuso hace unos tres años cortar los olmos. Hubo manifestaciones de los vecinos y grupos ecologistas de la Sierra, y cortes de tráfico, y finalmente no cortaron los olmos pero los sometieron a un desmoche brutal e indiscriminado, que es el tratamiento de choque salvaje que las autoridades responsables, sin la más mínima idea ni interés, vienen aplicando a los árboles que plantean algún problema. Aunque luego rebroten, estos desmoches suelen a la larga provocar daños irreparables a los árboles. De hecho, al menos cuatro de estos olmos no han sobrevivido al verano y están totalmente secos...

El problema de esta travesía no son los olmos, que están ahí desde mucho antes de que vinieran los coches. Si quitaran los olmos la carretera ganaría como mucho un metro. Nos quedaríamos sin los árboles y seguiríamos teniendo el problema del intenso tráfico por la travesía y la falta de espacio seguro para los que tengan que recorrerla a pie.

(Pulsa en la foto para ver más imágenes)

Olmos de Jabugo

En Jabugo también quedan todavía restos de una antigua “alameda”, un camino con árboles a la entrada del pueblo, parecido a los de Aracena y Galaroza. En Jabugo este camino lo ocupa ahora la carretera que conecta el pueblo con la nacional N-433 en dirección a El Repilado. También aquí los árboles más antiguos que encontramos son olmos montanos (Ulmus glabra). Hay unos 25 en un trayecto de poco menos de un kilómetro. Algunos tienen un tamaño imponente y, en general, sus troncos son de un grosor similar a los de Aracena y Galaroza (algunos de hasta 3 m de perímetro), lo que sugiere que probablemente todas estas alamedas tuvieran un origen común, a mediados o finales del siglo XIX.

Los olmos de Jabugo no han sufrido desmoches tan agresivos como los de otros pueblos y se encuentran en un estado de conservación mucho mejor. En realidad, en estos casos no se sabe si es mejor decir “en un estado de conservación mucho mejor” o “en un estado de abandono mucho más favorable”. Porque lo cierto es que nadie se ha ocupado nunca de estos árboles. De hecho, en Jabugo, estos olmos están distribuidos de forma muy irregular a lo largo de la carretera, lo que sugiere que muchos de los que formaban la arboleda original se han ido perdiendo sin que fueran luego repuestos. Sólo en el tramo más cercano al pueblo aparecen intercalados alguna morera, algún plátano de sombra y un par de ailantos.

Después de tantos años de abandono, los olmos de esta carretera necesitan un estudio técnico que sirva para inventariarlos y diagnosticar su estado, y una poda racional que elimine las ramas secas y peligrosas y los revitalice. No estaría de más que el ayuntamiento de Jabugo solicitase las competencias sobre estos árboles que son también parte del patrimonio del pueblo, y que aprovechase para adecentar y embellecer esta entrada al pueblo. Se podría habilitar un camino por el margen de la carretera, arreglar y reponer el arbolado, instalar bancos... aunque sólo sea por la gente de Jabugo a la que todavía le gusta salir a pasear o a hacer ejercicio por esta carretera a pesar del tráfico y de la ausencia de arcén y de barreras de seguridad.

(Pulsa en la foto para ver más imágenes)

La galeruca de los olmos

A la salida de Higuera de la Sierra hacia Valdezufre hay algunos olmos pumila grandes, algunos formando parte del viario público y otros en jardines privados. Un poco más adelante, en el margen de la antigua carretera, hay muchos más, asilvestrados, con menos porte pero más densos. En estos árboles se ha concentrado este verano una plaga de galeruca con efectos espectaculares. La galeruca (Xanthogaleruca luteola) es un coleóptero que está distribuido más o menos por todo el hemisferio norte y que, tanto de larva como de adulto, se alimenta de las hojas de los olmos. Suelen comerse la parte verde de las hojas y respetar las nerviaciones. Cuando el ataque es tan fuerte como en este caso, las hojas pierden todo el verdor, adquieren un tono marrón-rojizo y acaban cayéndose. La galeruca por sí misma no suele matar los olmos, pero estos ataques tan fuertes los debilitan, facilitando así la entrada de escolítidos y, con ellos, de la grafiosis.



(Pulsa en la foto para ver más imágenes)

domingo, 8 de junio de 2008

La Asociación Cultural Lieva. Galaroza

Lieva, una de las asociaciones culturales más activas de la Sierra, dedica este año una atención especial al medio ambiente. De su programa, a nosotros nos gustan especialmente dos proyectos. El primero de ellos parte de un convenio con el Ayuntamiento de la Nava y consiste en un trabajo de campo sobre la importancia y la recuperación de los sistemas de riego y las huertas tradicionales, que en otro tiempo dieron un carácter distintivo a esta parte de la Sierra. El proyecto incluye la catalogación de las huertas y las infraestructuras hidráulicas existentes (puentes, azudes, acueductos, presas, lievas, albercas…), una recopilación de documentación histórica, fotográfica, antropológica, cultural… y un estudio de la potencialidad hortícola actual de la zona.

El segundo proyecto tiene como protagonista al río Múrtiga. La Asociación Lieva pretende recorrer el cauce del río, desde su nacimiento en Fuenteheridos hasta Encinasola, pasando por Galaroza, La Nava, Cumbres de San Bartolomé o Cumbres Mayores. El objetivo es catalogar y dar a conocer sus hitos más característicos, y denunciar las amenazas y las agresiones que sufre esta ribera.
La Asociación Lieva desarrolla además una infinidad de otras actividades en torno a la cultura de Galaroza y en general de toda la Sierra, que abarcan desde el teatro a la literatura, pasando por tradiciones, historia, iniciativas sociales… Podéis encontrar información precisa de todo ello en su estupenda página web, http://asociacionlieva.blogspot.com, que ya incorporamos también a nuestra sección de “enlaces de interés”. Esperamos que en el futuro encontréis más menciones a la Asociación Cultural Lieva en nuestra página web, ya que vamos a intentar que ambas asociaciones colaboren en aquellos temas que sean de interés común. Para empezar, Lieva nos ofrece imágenes de árboles y arboledas de la Sierra, de las muchas que guardan en sus archivos. Como aperitivo, por ejemplo, las de la Encina de La Belleza que incluimos a continuación.

La encina de La Belleza. Aroche

En los alrededores de la entrada de Aroche desde Cortegana por la N-433 hay un paraje conocido como los Llanos de La Belleza. En él se encontraba esta magnífica encina. Estaba considerada en la zona como un ejemplar emblemático y prueba de ello es que, como se observa en la foto, estaba rodeada en todo su perímetro por una alambrada que la protegía del ganado y otras adversidades. Esta fotografía está tomada a principios de los años 90, aproximadamente.

Algunos dicen que fue un rayo, pero nadie sabe exactamente qué pasó. El caso es que la encina acabó caída, partida en dos y así se la vio durante algunos años hasta que finalmente sus restos fueron picados para leña. En la dehesa de La Belleza, en el sitio donde esta encina brillaba con luz propia, ahora sólo encontramos un triste tocón. Y alrededor, caídos, los restos de una alambrada.

(Pulsa en la foto para ver la imagen actual)
Información y fotos: Antonio Fernández Tristancho. Asociación Cultural Lieva

lunes, 12 de mayo de 2008

Campo de tiro en La Nava. Aracena

Si de repente alguien nos preguntara cuáles son las sensaciones agradables que nos transmite la naturaleza, la mayoría de nosotros haría, probablemente, lo mismo: nos encogeríamos un poco de hombros, resoplaríamos ligeramente y empezaríamos a hablar vagamente de paisajes, formas, colores, olores y sabores... En fin, muchas cosas. A algunos quizás se les pasara hablar de sonidos. Y es que hay gente que nunca se ha parado a escuchar un rato los sonidos del campo, que, por lo que sea, nunca han reparado en ellos y que no les tienen un especial aprecio y no les dan mucha importancia. Algo de esto debe pasarles al alcalde y a los concejales del grupo (PSOE) que gobierna en mayoría absoluta el ayuntamiento de Aracena. De otra forma no se entiende que hayan propuesto en el pleno municipal la construcción de un campo de tiro deportivo en la finca La Nava.

La Nava es una finca pública que pertenece al ayuntamiento de Aracena. Está situada en un sitio bastante pintoresco, a unos 2.5 km del pueblo por la carretera de Castañuelo. Bordeando la finca, la carretera asciende hasta lo alto de una sierra y se bifurca, dando un ramal que sigue en dirección a Castañuelo y otro que conduce hasta Carboneras. Cerca de esta bifurcación hay un mirador desde el que se contempla, abajo, un extenso valle. Y no sólo se contempla, también se oye. Una sinfonía de sonidos (y silencios) siempre distinta, que cambia según las horas del día y las estaciones del año. Y además con la ventaja de que es un sitio con poco tráfico. Vale la pena probarlo. Mientras dure, porque el campo de tiro proyectado estaría muy cerca de este punto, en lo alto de la sierra, a una decenas de metros de este mirador. Si lo construyen, es de suponer que tenga un impacto sonoro brutal sobre la sierra y el valle, y que además espante a los animales de la zona. Y todo esto en mitad de un parque natural (por cierto, ¿Qué opina de esto la Dirección del Parque?), en un Municipio Turístico que fomenta el turismo rural basado en la riqueza natural de la zona, y en una finca que en realidad pertenece a todos los vecinos de Aracena... No lo entendemos.

Si se arreglara un poco, La Nava podría tener mucho potencial, por ejemplo, como finca de recreo (lo que ahora llaman un parque periurbano). Tiene una superficie de unas 35 Has. ocupadas en su mayoría por una plantación muy densa de pino resinero (Pinus pinaster). Un pequeño barranco atraviesa la finca a lo largo de casi un kilómetro. En los márgenes de este barranco encontramos algunos alcornoques y vegetación típica de rivera, con chopos, sauces, adelfas... En la parte alta de la finca, justo en la cabecera del barranco, se encuentra un enorme vertedero de escombros que forma sobre el barranco un talud de varios metros de altura. El vertedero forma una enorme explanada que, afianzada, acondicionada y reforestada, podría tener muchas posibilidades. El resto de la finca parece ideal para trazar una red de senderos que permitan a la gente pasear, hacer ejercicio o circular en bicicleta. Hay espacio de sobra para plantearse plantaciones de otros árboles como pinos piñoneros, quejigos, castaños, almeces... Se puede restaurar la vegetación del barranco y potenciar en él la formación de un bosque de galería. La finca podría tener recursos más que suficientes para plantearse en ella actividades de educación medioambiental... Y todo con la ventaja de que está muy cerca del pueblo. ¿Es que hay tantas fincas de recreo y de acceso libre por la zona que podemos permitirnos el lujo de desaprovechar ésta?

Si el alcalde, alguno de los concejales o quienquiera que sea el promotor de este proyecto pudiera darnos una explicación, desde aquí le estaríamos muy agradecidos.

(Pulsa en las fotos para ver más imágenes. Pulsando en la imagen del satélite accedes a Google Maps)
(Para disfrutar y comprobar desde casa la riqueza de sonidos de la naturaleza a través del trabajo de Carlos de Hita ,
pincha aquí)

domingo, 11 de mayo de 2008

La Peña de Alájar I

La Peña de Alájar es uno de los sitios destacados de la Sierra, también en lo que se refiere a los árboles. En el poquito espacio que ocupa la zona que normalmente se visita encontramos bastantes ejemplares de diversas especies, en general en buen estado y, algunos de ellos, de gran tamaño. Hay alcornoques, quejigos, tilos, cedros, fresnos, álamos, pinos, encinas, cipreses, plátanos, árboles del amor... Además en los últimos años han plantado varios árboles más y han arreglado un poco los jardines de abajo. No sabemos si estas plantaciones se improvisan o siguen un proyecto definido, pero el sitio, desde luego, merece que lo que se haga se planee con cuidado. Con un poco más de esfuerzo y planificación se podría, por ejemplo, conformar un pequeño jardín botánico que daría a la zona un valor añadido muy interesante.


La Peña es uno de los lugares más especiales y emblemáticos de la Sierra. Por su historia, por sus connotaciones religiosas, espirituales y mágicas, por el sitio increíble que ocupa, por el agua... pero sin duda también por la atmósfera especial que crea esa envuelta vegetal que forman los árboles. ¿Alguien se puede imaginar la Peña sin árboles? Desde luego sería una cosa muy distinta de lo que ahora es. Lo siguiente es imaginarse lo mucho que ganarían otros lugares destacados de la Sierra con una buena arboleda alrededor.


Entre los árboles que destacan en la Peña tenemos, por ejemplo, los pinos piñoneros (Pinus pinea) que están abajo, casi al borde del talud. Son unos pinos enormes y ocupan un sitio privilegiado, asomados al paisaje de la Sierra y el pueblo. El mayor de ellos, que está solo, inclinado como en equilibrio hacia el vacío, tiene un perímetro de tronco de 3.3 m y una altura de unos 25 m.
Arriba, junto a la ermita, encontramos dos cedros del Atlas (Cedrus atlantica). El mayor de ellos, de porte impresionante, tiene también un tronco de 3.3 m de perímetro y muchos años de vida. Tanto el pino como los cedros han sido incluidos en el tercer tomo del catálogo de Árboles Monumentales de España editado por la Compañía Logística de Hidrocarburos CLH, S.A. (pulsa aquí para ver sus fichas)

En el corredor, junto a la fuente, encontramos dos castaños de indias (Aesculus hippocastanum). Estos árboles dan una bonita floración en primavera, una muy buena sombra en verano y castañas en otoño que, aunque no se comen, son bonitas y, dicen, tienen propiedades. Los castaños de indias son muy apreciados como árboles de sombra en toda Europa, pero en la Sierra, no sabemos por qué, están bastante olvidados.
Finalmente, destacamos la fantástica encina que está al fondo, en el llano, junto al campanario. Su tronco, de algo más de 3 m de perímetro, soporta una copa enorme que, proyectada en vertical, abarca una superficie de unos 300 m cuadrados.
(Pulsa aquí para ver más imágenes)

miércoles, 2 de abril de 2008

La Seca I

Jose Luis García-Palacios, presidente de Asaja-Huelva, considera que la Seca del Encinar es el mayor desastre natural de la época actual en la Península Ibérica. Para alertar y concienciar a la sociedad y a las instituciones sobre este problema se creó el año pasado el Foro para la Conservación y Defensa de la Dehesa “Encinal”, del que García-Palacios es también presidente.

Encinal agrupa ya a más de 30 entidades públicas y privadas de España y Portugal, desde universidades a asociaciones de ganaderos. Este Foro promueve el desarrollo de legislaciones específicas a nivel europeo, nacional y autonómico, que reconozcan el valor natural de la dehesa y contribuyan a su protección. La Junta de Andalucía, a través de las consejerías de Medio Ambiente y Agricultura y Pesca, ha presentado ya el anteproyecto de Ley de la Dehesa. Esta nueva ley reconoce el valor económico, natural y cultural de este ecosistema, y fomenta su conservación y desarrollo.

La Seca es un proceso de decaimiento severo que afecta principalmente a encinas y alcornoques, tanto en montes como en dehesas. Los árboles afectados sufren un deterioro progresivo, con defoliaciones, seca de ramas y finalmente la muerte. En algunos casos se produce la muerte súbita del árbol. Las investigaciones que se han venido realizando en los últimos años apuntan a que las principales causas de la Seca son los cambios en los usos y el manejo tradicional de la dehesa, el envejecimiento de los árboles y las alteraciones climáticas que debilitan a los árboles y los hacen más susceptibles de padecer el ataque de diversos patógenos, entre ellos, principalmente, Phytophthora cinnamomi.

Se calcula que, entre encinas y alcornoques, en los últimos años han desaparecido unos 200.000 ejemplares en la provincia de Huelva, y que este síndrome se extiende con un ritmo de deforestación de entre 400 y 500 hectáreas anuales, con una media de 20.000 árboles afectados cada año.

Podéis encontrar más información pulsando en los siguientes enlaces:
El País, Foresta, Asaja-Huelva,
Junta de Andalucía, Portal Besana, Junta de Andalucía

Hay mucha información sobre la Seca en Internet, pero muy dispersa y poco coherente. Dada la gravedad del asunto, la Junta de Andalucía o, mejor aún, del Foro Encinal deberían poner en marcha una página oficial dedicada en exclusiva a informar sobre los progresos de la enfermedad y sobre las iniciativas que se estén llevando a cabo para combatirla, así como a recoger opiniones de los distintos sectores implicados, la administración, los especialistas e incluso los propietarios de las fincas y los ciudadanos.

Fotinias. Aracena

En primavera las fotinias florecen espectacularmente. Estas en concreto están en la zona ajardinada de la Gran Vía de Aracena. Hay varias más en el Parque Municipal. El nombre de la especie es Photinia serrulata, aunque se le conoce como fotinia o acerolo chino. Es una especie originaria de China y Japón que se emplea bastante en jardinería. Se valora sobre todo su capacidad de adaptación a distintos ambientes y su bonita apariencia, con hojas de un verde lustroso que cambia a rojo cuando envejecen y vistosas inflorescencias y frutos rojos.



(Pulsa en la foto para ver más imágenes)

miércoles, 5 de marzo de 2008

Eucaliptos del Castillo. Cortegana

Esta imagen, de alrededor de los años 30, muestra la salida en procesión de la Virgen de la Piedad desde la ermita del castillo de Cortegana. La hemos tomado de la página web de la Asociación de Amigos del Castillo de Cortegana (www.castillodecortegana.com). Aunque a esta sección de fotos antiguas la hemos llamado “La arboleda perdida”, el eucalipto que aparece a la izquierda de la imagen todavía existe. Ahora tiene unos 20 m de altura y unos 4 m de perímetro de tronco. Este eucalipto es, quizás, uno de los árboles más emblemáticos de la Sierra, no ya solo por su tamaño sino, sobre todo, por el sitio que ocupa, ya que su figura ha pasado a formar parte de la silueta, tan característica, del castillo.

(Pulsa aquí para ver la imagen actual de este eucalipto)

Pinos canarios. Fuenteheridos

Esta curiosísima arboleda se encuentra a la salida de Fuenteheridos, frente a Villa Onuba. Se trata de unos 20 pinos canarios (Pinus canariensis) que, agrupados en una porción de terreno que no debe tener mucho más de 100 m2, forman una masa compacta, muy característica en el paisaje de esta parte de los alrededores del pueblo. Son árboles enormes, de unos 30 m de altura y unos 2 m de perímetro de tronco. Aunque esta especie es frecuente en las Islas Canarias, de donde es originaria, en nuestra comarca este grupo de pinos canarios con este tamaño es una auténtica rareza. Estos pinos tienen acículas largas (20-30 cm) y flexibles (caídas), agrupadas de tres en tres. El ala de los piñones presenta unas estrías oscuras longitudinales características.
(Pulsa en la foto para ver más imágenes)

Cipreses de la calle Olivo. Cortegana

En la calle Olivo de Cortegana hay unos quince cipreses alineados, algunos de ellos muy bonitos y de buen porte. Los plantaron, probablemente, como barrera frente a los varios metros de desnivel que hay entre esta calle y la carretera nacional que atraviesa el pueblo. Son cipreses de Portugal (Cupressus lusitanica), que tienen piñas pequeñas (menos de 1,5 cm de diámetro), cubiertas de un polvillo blanco azulado cuando jóvenes, y con escamas provistas en el dorso de prolongaciones prominentes. A pesar de su nombre, son originarios de Centroamérica. Los de la calle Olivo están podados y tienen buen aspecto, aunque el espacio que ocupan está muy degradado y, aparte de usarse como aparcamiento, presenta basura, chatarra y hasta los restos de un coche abandonado.

(Pulsa aquí para ver más imágenes)

miércoles, 20 de febrero de 2008

La nueva página web de la AEA

La Asociación Española de Arboricultura (AEA) ha inaugurado una nueva página web en la dirección http://www.aearboricultura.org/. En ella podéis encontrar un montón de información útil e interesante relacionada con la arboricultura. Aparece, por ejemplo, la Declaración Europea del Árbol o la Carta de Barcelona; la certificación de Podadores Especialistas de Árboles Ornamentales en España, que otorga la propia AEA; divulgación y noticias relacionadas con los árboles; y un montón de enlaces a otras páginas web sobre árboles. Además, encontraréis información sobre la organización interna de esta asociación, sus objetivos y sus actividades. Entre ellas, destacamos las próximas Jornadas Técnicas sobre Arboricultura Urbana que se celebrarán en Sevilla los próximos 27 y 28 de Marzo. Las jornadas recogerán varias ponencias sobre temas muy interesantes, como técnicas de diagnóstico de arbolado, el suelo en el arbolado urbano, la Norma de Granada, o el inventario de árboles singulares de Andalucía. Habrá además clases prácticas sobre poda de palmeras, trabajos con plataformas y manejo de instrumental.

miércoles, 6 de febrero de 2008

Los almendros del Castillo. Aracena

En la ladera de solana del Castillo de Aracena hay cerca de cien almendros que son parte del arbolado del pueblo. Están en la parte baja de la ladera, en un sitio poco visible y poco accesible, así que pasan desapercibidos para casi todo el mundo. Están seguramente entre los árboles más olvidados, más ignorados y menos visitados del pueblo. Y es cierto que, probablemente, no sean la octava maravilla, pero durante los meses de enero-febrero, cuando están en floración, forman un auténtico espectáculo. Estos árboles los plantaron en los años setenta, según nos cuenta Pepe el Botti, que es quien mejor conoce el Castillo. A él le dedicamos estas fotos.

(Pulsa en la foto para ver más imágenes)

Eucaliptos de la calle Almendros. Aracena

Esta foto no es muy antigua, de hace sólo unos diez o quince años. Sin embargo, también en este caso el paisaje ha cambiado bastante. La casita que se ve en primer plano ya ha desaparecido. En su lugar han construido el Laboratorio de Sanidad Animal. Además, los eucaliptos que había al fondo, ahora son menos. Los que faltan los cortaron. Se ve que estorbaban el “desarroyo hurvanístico”. Habrá que estar al loro, porque, dispersos por esta zona, hay algunos eucaliptos que tienen un tamaño descomunal, y estas gentes tienen la motosierra muy larga.

Foto cedida por Manuel Flores.
(Pulsa en la foto para ver la imagen actual)

La Plaza de Fontanilla. Higuera de la Sierra

Nos gusta esta placita, sencilla, discreta y agradable (aunque todavía no han acabado las obras). Casi lo único que llena la plaza son estos diez algarrobos. La elección de los algarrobos nos gusta porque es original y porque está bien recurrir a especies autóctonas de vez en cuando.

(Pulsar en la foto para ver más imágenes)

viernes, 11 de enero de 2008

Los cipreses de Sta. Brígida. Galaroza

La ermita de Sta. Brígida está en lo alto de un cerro desde el que se domina un bonito panorama de la sierra, con el pueblo de Galaroza a sus pies. Se accede por un camino empedrado que está, a tramos, flanqueado por cipreses comunes (Cupressus sempervirens). Estos árboles tienen ya decenas de años, y algunos, un tamaño considerable. En total hay unos cuarenta cipreses a lo largo del camino y en los alrededores de la ermita. Tal concentración de cipreses de este tamaño es excepcional en la sierra y le da a este paraje un carácter especial y único.
Por desgracia, esta arboleda está en decadencia, con varios árboles ya totalmente secos y otros que, aunque aún están vivos, presentan parte de la copa o alguna que otra rama seca. En el margen del camino quedan además los tocones de otros muchos de estos árboles, cortados, probablemente, a medida que se iban secando. La causa de esta decadencia podría ser una enfermedad causada por el hongo Seiridium cardinale.
En cualquier caso, los responsables de estos árboles deberían tomar algunas medidas, antes de que se pierdan todos. No estaría de más, por ejemplo, que pidieran consejo a especialistas, que eliminaran las partes afectadas para que las esporas del hongo no siguieran propagándose, y al menos que plantaran nuevos árboles para reponer los muchos que ya se han perdido.

Pulsa en la foto para ver más imágenes

La fuente de la Albuhera. Aracena

Esta es una postal de alrededor de los años 20. Entonces, la Albuhera servía como fuente para abrevar el ganado y como lavadero. La fuente estaba rodeada de grandes eucaliptos, que han desaparecido. Unos años después añadieron a la fuente las tajas para restregar la ropa y un tejado. Ahora, tras muchos años de abandono, la fuente ha sido restaurada y el espacio alrededor se ha acondicionado, con caminos, bancos, árboles y un pequeño parque infantil. Este espacio ha sido recuperado y resulta muy agradable... Sin embargo, han puesto muy pocos árboles: en total, menos de los que se ven en esta imagen de los años 20. ¿Por qué, habiendo sitio más que suficiente, son tan rácanos con los árboles? Misterio.


Foto cedida por Manuel Flores
Pulsa en la foto para ver la imagen actual

Detalles

Hojas de aliso (Alnus glutinosa)