domingo, 11 de mayo de 2008

La Peña de Alájar I

La Peña de Alájar es uno de los sitios destacados de la Sierra, también en lo que se refiere a los árboles. En el poquito espacio que ocupa la zona que normalmente se visita encontramos bastantes ejemplares de diversas especies, en general en buen estado y, algunos de ellos, de gran tamaño. Hay alcornoques, quejigos, tilos, cedros, fresnos, álamos, pinos, encinas, cipreses, plátanos, árboles del amor... Además en los últimos años han plantado varios árboles más y han arreglado un poco los jardines de abajo. No sabemos si estas plantaciones se improvisan o siguen un proyecto definido, pero el sitio, desde luego, merece que lo que se haga se planee con cuidado. Con un poco más de esfuerzo y planificación se podría, por ejemplo, conformar un pequeño jardín botánico que daría a la zona un valor añadido muy interesante.


La Peña es uno de los lugares más especiales y emblemáticos de la Sierra. Por su historia, por sus connotaciones religiosas, espirituales y mágicas, por el sitio increíble que ocupa, por el agua... pero sin duda también por la atmósfera especial que crea esa envuelta vegetal que forman los árboles. ¿Alguien se puede imaginar la Peña sin árboles? Desde luego sería una cosa muy distinta de lo que ahora es. Lo siguiente es imaginarse lo mucho que ganarían otros lugares destacados de la Sierra con una buena arboleda alrededor.


Entre los árboles que destacan en la Peña tenemos, por ejemplo, los pinos piñoneros (Pinus pinea) que están abajo, casi al borde del talud. Son unos pinos enormes y ocupan un sitio privilegiado, asomados al paisaje de la Sierra y el pueblo. El mayor de ellos, que está solo, inclinado como en equilibrio hacia el vacío, tiene un perímetro de tronco de 3.3 m y una altura de unos 25 m.
Arriba, junto a la ermita, encontramos dos cedros del Atlas (Cedrus atlantica). El mayor de ellos, de porte impresionante, tiene también un tronco de 3.3 m de perímetro y muchos años de vida. Tanto el pino como los cedros han sido incluidos en el tercer tomo del catálogo de Árboles Monumentales de España editado por la Compañía Logística de Hidrocarburos CLH, S.A. (pulsa aquí para ver sus fichas)

En el corredor, junto a la fuente, encontramos dos castaños de indias (Aesculus hippocastanum). Estos árboles dan una bonita floración en primavera, una muy buena sombra en verano y castañas en otoño que, aunque no se comen, son bonitas y, dicen, tienen propiedades. Los castaños de indias son muy apreciados como árboles de sombra en toda Europa, pero en la Sierra, no sabemos por qué, están bastante olvidados.
Finalmente, destacamos la fantástica encina que está al fondo, en el llano, junto al campanario. Su tronco, de algo más de 3 m de perímetro, soporta una copa enorme que, proyectada en vertical, abarca una superficie de unos 300 m cuadrados.
(Pulsa aquí para ver más imágenes)

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