Por desgracia, esta arboleda está en decadencia, con varios árboles ya totalmente secos y otros que, aunque aún están vivos, presentan parte de la copa o alguna que otra rama seca. En el margen del camino quedan además los tocones de otros muchos de estos árboles, cortados, probablemente, a medida que se iban secando. La causa de esta decadencia podría ser una enfermedad causada por el hongo Seiridium cardinale.
En cualquier caso, los responsables de estos árboles deberían tomar algunas medidas, antes de que se pierdan todos. No estaría de más, por ejemplo, que pidieran consejo a especialistas, que eliminaran las partes afectadas para que las esporas del hongo no siguieran propagándose, y al menos que plantaran nuevos árboles para reponer los muchos que ya se han perdido.
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