jueves, 21 de octubre de 2010

Topónimos

En la Sierra abundan los pueblos con nombres de árboles: Higuera de la Sierra, Puerto Moral, Castañuelo, El Quejigo, Castaño del Robledo, Encinasola... El origen o la causa de muchos topónimos es un auténtico misterio. Otros, sin embargo, parecen más fáciles de explicar. En muchos casos, lo natural es pensar que el topónimo simplemente hacía referencia a un elemento destacado del paisaje (el valle verde, el monasterio, la fuente de agua fría...). Según esto, en los lugares donde surgieron algunos pueblos el elemento más destacado del paisaje debía ser un árbol. También es lógico pensar que la mayoría de los topónimos no surgieron de un día para otro, sino que se popularizaron y se transmitieron de generación en generación antes de implantarse definitivamente. Un árbol convertido en referencia principal de un lugar durante tanto tiempo debía ser un árbol verdaderamente destacado sobre todos los demás, probablemente el más grande y el más viejo... ¿Cómo sería aquel castaño en medio de un robledo que dio nombre al pueblo? ¿Cómo de importantes serían en otro tiempo aquella higuera o aquella encina para que su recuerdo haya llegado hasta hoy en forma de topónimo?
En cualquier caso, todo eso pasó a la historia, los árboles se perdieron y aunque los nombres permanecen ya no significan nada. Ni siquiera en ninguno de estos pueblos se le ha ocurrido a nadie volver a plantar, como homenaje, en un lugar destacado, un ejemplar del árbol al que deben su nombre.

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