lunes, 24 de noviembre de 2014

EL CORREDOR DE LA MUERTE

En el siguiente texto Diego Diajara nos informa sobre la progresión del chancro de la corteza, la nueva enfermedad de los castaños de la Sierra que ya describimos en entradas anteriores, y nos da su opinión sobre cómo la administración está afrontando el problema.
Castaño con chancro a 4 ó 5Km. del foco primario. En condiciones propicias, la enfermedad progresa rápidamente, como se observa en esta imagen de Octubre, en la que se aprecia una rama que se ha secado en pocos días, pues mostraba los erizos ya formados.

EL CORREDOR DE LA MUERTE
Sí, en ese corredor maldito y no deseado, se encuentra el castañar serrano. No han matado a nadie, no han robado o delinquido, no han insultado, no han sido corruptos ni tienen delitos con La Hacienda Pública; pero en ese corredor se encuentran nuestros históricos castaños, si no reciben el indulto de la Junta de Andalucía. Sé que son opiniones duras, pero más duro es ser consciente del desastre medioambiental que se va a producir, y no poder hacer nada para evitarlo. Parece como si el destino ya estuviera marcado por la desidia de algunos de nuestros políticos, que de forma consciente o inconsciente, no prestan la atención tan urgente que el tema requiere. Hay que recordar que nuestros Alcaldes también son políticos, y muy cercanos al problema…
Que fácil hubiese sido, cuando hace 2 años se detectó el primer foco, haberlo erradicado quemando todo el material vegetal infectado en unas 2 Ha. Ahora, según una resolución de Delegación de Medio Ambiente, la extensión del foco pasa ya de 100Ha. Pero no, dijeron que se le diera a este tema un perfil bajo, para no alarmar a la Sierra y Provincia. No ha salido el tema en ningún Medio de Comunicación.


El castañar de la Sierra es de los pocos ecosistemas formados por una masa casi continua de 4.700 Ha de castaños centenarios que quedan en el mundo. Y después presumen y exigen: medio ambiente, sostenibilidad, entomofauna, flora, calidad ambiental… en fin una serie de palabras que quedan muy bien en nuestros días, pero no sirven de nada, cuando vemos la complicidad que existe en la casta política de Huelva, para olvidar el germen de esas palabras. Y que algún día La Sierra sea pasto de las llamas, y un desastre ecológico a nivel mundial. Tiene que haber algo detrás, si no, no se entiende que la Administración andaluza no haga nada para evitarlo. Algo muy escondido, quizás bajo tierra, pero algo.

Diego Diajara


viernes, 22 de febrero de 2013

Cryphonectria parasitica: Detectados los primeros casos en la Sierra de una de las peores enfermedades de los castaños


Diego Diajara nos informa de que a finales de 2012 se ha detectado un foco de la enfermedad llamada “Chancro de la corteza del castaño” en el término de Almonaster.  Esta enfermedad, provocada por el hongo Cryphonectria parasitica, está considerada como una de las enfermedades más graves del castaño. La enfermedad afecta a los castañares del norte de España desde hace décadas, pero la Sierra se había mantenido libre de ella hasta el momento. Es necesario que la administración y los propietarios tomen medidas cuanto antes para evitar la dispersión de la enfermedad por toda la Sierra.

Historia de la enfermedad
1. Ramas secas en castaño afectado por la enfermedad (Foto Serida)
Cryphonectria parasitica tiene su origen en Asia, donde se comporta como huésped más o menos inocuo de las especies de castaños autóctonas, que son resistentes a la enfermedad. A finales del S. XIX se llevaron a Estados Unidos ejemplares de castaños asiáticos para su plantación. La llegada de estos árboles supuso también la entrada del hongo en ese continente. Cryphonectria parasitica rápidamente colonizó las especies de castaño americanas que, a diferencia de las asiáticas, no eran resistentes a la enfermedad. En pocas décadas enfermedad del Chancro acabó con millones de ejemplares de castaño americano (Castanea dentata), llevando esta especie a su práctica extinción, y provocando uno de los mayores desastres ecológicos naturales registrados en ese continente.
A principios del siglo XX el hongo llegó a Europa, infectando la especie de castaño europeo, Castanea sativa, también sensible a la enfermedad, aunque, aparentemente, no tanto como C. dentata. La enfermedad está actualmente extendida por todo el norte de España, en las comunidades de Galicia, Asturias, Castilla y León, País Vasco, Navarra y Cataluña, donde se considera, junto a la Tinta, provocada por Phytophthora cinnamomi, como la enfermedad principal de los castaños.  

Síntomas
Chancro en tronco de castaño (Foto Serida)
Cryphonectria parasitica se instala bajo la corteza, en el tronco o las ramas del árbol. Su presencia provoca el característico chancro, que consiste en el enrojecimiento e hinchazón de la corteza, que posteriormente, se rompe y se abre en fracturas longitudinales, a través de las que, en condiciones de humedad y temperatura favorables, el hongo fructifica, formando pequeñas pústulas amarillo – naranja. Bajo el chancro, al desprender la corteza, se observa el micelio amarillo-parduzco del hongo, que suele presentar una disposición en láminas con forma de  abanico muy característico.
Las hojas de las ramas afectadas amarillean al principio y finalmente acaban secándose. En las fases finales la enfermedad provoca la muerte del árbol.

Métodos de control y lucha
No existen productos fitosanitarios efectivos, pero se están investigando métodos de control biológico que parecen prometedores. En la práctica, ahora lo más importante es saber que la enfermedad se propaga principalmente por dos vías: la injerta con planta contaminada y las propias esporas del hongo. Para los injertos es importante asegurarse de que las yemas provienen de plantas certificadas. Respecto a la dispersión por esporas hay que tener en cuenta que éstas pueden ser arrastradas por las herramientas de corte utilizadas en los árboles enfermos, además del viento, la lluvia o incluso los ciervos que, al morder la corteza, las pasan de un árbol a otro.
El control de la enfermedad se basa en evitar su dispersión hacia árboles sanos. Es imprescindible establecer cuanto antes la extensión de la enfermedad, localizar y quemar los árboles afectados y desinfectar las herramientas de corte. Los propietarios que detecten síntomas de la enfermedad en sus árboles deben comunicarlo cuanto antes a los Servicios de Sanidad Vegetal a través de la OCA más próxima.

Fructificaciones amarillo-naranja a través de la corteza en un
chancro provocado por C. parasitica (Foto D. Diajara)


Detalle de las fructificaciones de C. parasitica
(Foto blog de M. A. Castro)

Más información sobre esta enfermedad se puede encontrar, por ejemplo, en el blog de Marcos A. Castro (Redes: Observatorio, análisis y reflexión), el estudio de Pablo García Benavides y Enrique Monte Vázquez sobre el chancro y la tinta en los castañares de Salamanca, publicado por la Diputación de Salamanca, o en el informe sobre esta y otras enfermedades y plagas del castaño publicado por el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (SERIDA) del Gobierno de Asturias.  

jueves, 10 de enero de 2013

Huertos Comunales S. A.


Hemos editado un nuevo blog, hermano de éste, que propone la creación de huertos comunales en la Sierra de Aracena. Se titula Huertos Comunales S. A. Su objetivo es motivar a los vecinos interesados y a las autoridades competentes para la creación de este tipo de huertos en la Sierra. En el blog se describe brevemente en qué consiste este modelo de huerto, y cuáles son los beneficios (no pocos, por cierto) que pueden aportar a nuestros pueblos. Si os interesa el tema y queréis opinar sobre él, por favor dejad en Huertos Comunales S. A. vuestros comentarios. 


viernes, 5 de octubre de 2012

El castaño como árbol productor de frutos


Según Diego Diajara, el declive en el que se encuentra inmerso el castañar serrano se debe principalmente a una caída en su productividad, que se viene registrando progresivamente en las últimas décadas. Hay varias causas que explican esta baja productividad. Una de ellas está relacionada con la aparición de un alto porcentaje de frutos vanos, ocasionados por una deficiente polinización. En el castañar tradicional,  entre los árboles productores se intercalaba un porcentaje de pies bravíos, que no producían castañas pero sí producían grandes cantidades de polen. El desconocimiento y el abandono han llevado en los últimos años a la eliminación y la pérdida de muchos de estos pies polinizadores. 

El documento al que enlazamos a continuación está elaborado por Diajara y ofrecido a este blog para su difusión entre los que puedan estar interesados. Se trata del soporte gráfico con el que Diajara apoya una ponencia sobre la polinización en el castañar. Esta ponencia ha sido presentada en diversas reuniones y jornadas técnicas. En el documento se muestran las características de las flores del castaño en general y de las principales variedades serranas en particular, y se resumen parte de los trabajos realizados durante los 15 años en los que Diajara fue director de la Oficina Técnica de Regadíos.

Este trabajo muestra también la importancia de la investigación y el conocimiento en profundidad de estos árboles para averiguar las causas de su declive y proponer posibles soluciones. En este caso, el estudio sugiere que medidas simples y tradicionales como la reposición de polinizadores y el cultivo de las colmenas de abejas podrían aumentar los niveles de polinización y así, reactivar en parte la productividad del castañar y, de paso, contribuir a su conservación.



sábado, 30 de octubre de 2010

La morera del colegio


En el patio del Colegio José Nogales de Aracena había una morera. ¿Quién te eligió a ti morera para ese lugar? La morera, como todas las moreras daba moras. Y el suelo se manchaba, y los niños, y los pies de todos los que pasaban bajo su copa.
Es importantísimo poner especies de árboles que no vayan a provocar molestias en el futuro. El patio cementado de un colegio, justo en el lugar de entrada a las aulas y oficinas, no es lugar adecuado para plantar una morera.
Finalmente casi siempre los que más pierden son los propios árboles.


D. Martínez

Almeces en Aracena

Uno de los árboles más grandes del casco urbano de Aracena es un almez. Se encuentra en la calle Cuesta del Olivo, en el corral de una casa de la calle La Esperanza. Es enorme, precioso, íntegro, auténtico y raro. Producto de la dispersión de sus semillas, en el antiguo solar de lo que fue la fábrica de corcho de Carrión, hoy ya urbanizada curiosamente con calles con nombres de árboles, existían algunos pies de varios diámetros no superiores a los 20 cm de diámetro normal, es decir, a 1’30m que es la altura a la que se suelen medir los diámetros de los árboles. Estos hijos del coloso fueron siendo eliminados a medida que se construían los solares. Hoy por allí que sepamos no ha quedado más que el “gran padre”.

Pero, mira por dónde, ¡he aquí una sorpresa!, existe una población aún mayor en otro lugar: en los jardines del antiguo Sanatorio. Y cuando decimos población nos referimos a la presencia de individuos de distintas edades, distribuidos por una amplia zona, y con aparente vitalidad y facilidad de reproducción. Todo ello en un entorno de jardín en continuo abandono custodiado desde hace decenas de años. Probablemente este abandono de los cuidados de la mano del hombre haya propiciado que especies con potencial para persistir, bien por ser propias del terreno ó bien por su facilidad de aclimatación, hayan conseguido propagarse con mayor facilidad a expensas de especies más débiles ó exigentes ante las mismas condiciones de habitabilidad.

Como ejemplo de especie oportunista tenemos al ailanto, extendidísimo en varias zonas del jardín; donde por su espesura llega a comprometer la vida de ejemplares de otras especies.
Como especie propia del terreno yo pondría al Almez, pues el lugar de este jardín en la falda suroeste del Cerro del Castillo (que más bien se debería llamar Cerro de La Gruta) reúne gran parte de las necesidades de estación que esta especie vegetal necesita para vivir con holgura; y leo directamente del libro “Árboles y arbustos de la Península Ibérica e Islas Baleares” de Galán, Gamarra y García, en Ediciones Jaguar, :
“Natural del S. de Europa, O. de Asia y N. de África. Esta especie está distribuída por casi toda la península, pero es más abundante en Aragón, Extremadura, La Mancha y Andalucía. Su carácter nativo fue cuestionado en el pasado por lo que la mayoría aparecen en las proximidades de construcciones rurales o en antiguos cultivos abandonados.
Especie exigente en agua, se encuentra junto a manantiales, roquedos con abundancia de agua edáfica, pies de ladera y de cantil con la capa freática próxima, ambientes marginales en ribera u otras situaciones en que la sequía estival es mínima. Puede desarrollarse sobre cualquier tipo de sustrato, pero crece mejor en los sueltos, arenosos y profundos. Es poco resistente a los fríos intensos invernales y tolera mal las heladas tardías.”

Hace unos años, antes de que se acondicionaran los márgenes de la carretera que limita por su base al Jardín y al Edificio otrora Hotel, Sanatorio o Residencia, y se convirtieran en ancha acera, los almeces crecían al pie del edificio, en las cunetas de la carretera e incluso en las grietas de la pared de piedras que soportan al edificio. Pero fueron sacrificados por quienes les desconocían para dar una imagen más aseada al entorno, y lo que es peor, fueron sustituidos ignominiosamente por una plantación lineal de Soforas (Sofora japónica) contra las que ninguna otra cosa tenemos, y que por cierto progresan en conjunto con una más que aceptable evolución en sus portes.
Si deseáis aventuraros a través de los “jardines del sanatorio” podréis encontraros con varios pies de muy aceptable tamaño (nunca como el gran almez de la Cuesta del Olivo), además de numerosos pies dispersos con escaso porte. Además de compitiendo contra los invasores Ailantos, los encontraremos en asociaciones naturales con otras especies, como por ejemplo con Majuelo (Crataegus monogyna).
Para próximas entregas os prometemos reportajes sobre los almeces en otros lugares de La Sierra: Zufre, Alajar, Rio Frío en Cumbres,…

D. Martínez

jueves, 21 de octubre de 2010

El Pino de Gonzaliano

En un lugar del Cabezo, uno de los de mayor altura de los que rodean el alto valle donde se ubica Aracena, aproximadamente donde hoy día se eleva la antena con el repetidor de teléfonos, no hace mucho, 70 años, existía un magnífico ejemplar de pino piñonero, que “por su porte y emplazamiento se divisaba a muchas leguas de su contorno, sirviendo de guía a sus naturales”. Era conocido y reconocido como el Pino de Gonzaliano. Pino al parecer célebre por su envergadura y popular por su papel de guía para todos los que iban y venían. Y parece ser, según el poema, que frecuentado también por los paisanos en sus paseos y devaneos. Desapareció por un terrible huracán el 15 de Febrero de 1941.

Seis años más tarde, en 1947, Fernando Labrador Calonge, un ilustre poeta aracenés de la primera mitad del siglo XX lo ensalzó en un poema que incluía en su libro “Altas Cumbres”. El poema estaba dedicado a Víctor González Tello, otro paisano que durante esa época desempeñó labores administrativas en el Ayuntamiento, y por el que a través de su obra inédita “Apuntes de Aracena y su Distrito”, hemos tenido noticia del tan afamado pino.

ELEGÍA DEL PINO GONZALIANO
A Víctor González Tello.

El viento ha cercenado aquel hermoso,
añoso pino, verde y solitario;
faro amable que fue de los caminos
agrestes pedregosos y serranos;
aquel pino de formas gigantescas,
oteador de geórgicos trabajos,
vigía y Polifemo de los surcos,
señor de las colinas y los prados.

Aquel pino que ha sido, en tantas horas,
albergue incomparable de los pájaros,
aquel pino, mi amigo, a cuyo sombra
devané los ensueños de mis años
y él, constante, le daba a mis heridas
la gracia salutífera del bálsamo.

Ya no verás jamás ¡oh pino mío!,
cómo tornan los cándidos rebaños,
después de haber corrido por los montes,
a la mansa quietud de los establos;
ni en las piedras lucir, en el estío,
su enjoyada corteza los lagartos;
ni oirás esos mugidos que las vacas
le dan a los terneros rezagados;
ni verás que Aracena en torno tuyo,
diáfana y serena, sobre el manso
reposo de sus horas, brilla hermosa
dormitando en grácil tálamo blanco.
Ya no será tu espejo el bello pueblo
donde tú te mirabas como un astro.

¡Qué iba yo a conocer la muerte tuya,
no lo hubiese previsto ni soñado
cuando los pinos viven largos siglos
y febles y caducos son mis años!
Cuando tengo la vida amenazada
por mísero banquete de gusanos;
cuando espero el reposo en una tumba,
me quitan el idilio de tus brazos,
el mágico perfume que exhalabas
en las íntimas siestas de verano;
cuando en ti se posaban los jilgueros
que las áuras surcaron sin descanso,
y en la paz nemorosa de las selvas
vertieron los arpegios de sus cantos.

Los grillos llorarán tu vida rota,
poniendo sinsabores en los pastos.
¡Ay, tu hermosa cabeza, pino mío,
en las rachas del viento huracanado!
¿Por qué se han desatado, en daño tuyo,
los furores maléficos del ábrego?

Las rubias margaritas desfallecen
con lánguidas tristezas en los tallos;
suspirando los lirios en los valles,
aumentan el color de su morado.
¿A quién le diré yo mis soliloquios
que ni místicos son ni son profanos?
¿Con quién compartiré las penas mías,
si más pena que yo, tiene ya el campo?

Fernando Labrador Calonge (“Altas Cumbres” Sevilla 1.947).

Topónimos

En la Sierra abundan los pueblos con nombres de árboles: Higuera de la Sierra, Puerto Moral, Castañuelo, El Quejigo, Castaño del Robledo, Encinasola... El origen o la causa de muchos topónimos es un auténtico misterio. Otros, sin embargo, parecen más fáciles de explicar. En muchos casos, lo natural es pensar que el topónimo simplemente hacía referencia a un elemento destacado del paisaje (el valle verde, el monasterio, la fuente de agua fría...). Según esto, en los lugares donde surgieron algunos pueblos el elemento más destacado del paisaje debía ser un árbol. También es lógico pensar que la mayoría de los topónimos no surgieron de un día para otro, sino que se popularizaron y se transmitieron de generación en generación antes de implantarse definitivamente. Un árbol convertido en referencia principal de un lugar durante tanto tiempo debía ser un árbol verdaderamente destacado sobre todos los demás, probablemente el más grande y el más viejo... ¿Cómo sería aquel castaño en medio de un robledo que dio nombre al pueblo? ¿Cómo de importantes serían en otro tiempo aquella higuera o aquella encina para que su recuerdo haya llegado hasta hoy en forma de topónimo?
En cualquier caso, todo eso pasó a la historia, los árboles se perdieron y aunque los nombres permanecen ya no significan nada. Ni siquiera en ninguno de estos pueblos se le ha ocurrido a nadie volver a plantar, como homenaje, en un lugar destacado, un ejemplar del árbol al que deben su nombre.

viernes, 24 de julio de 2009

Más grafiosis

Da la impresión de que estamos en plena expansión de esta enfermedad que ya describimos en alguna entrada anterior. Resulta descorazonador ver cómo no dejan de aparecer más y más olmos secos por todas partes. El efecto de la enfermedad es muy evidente entre los olmos de los márgenes de las carreteras (muchos se han secado este verano en, por ejemplo, el tramo entre Galaroza y Valdezufre). En el bosquecillo que se forma en los márgenes de la ribera del Odiel a su paso por Valdezufre se pueden ver, desde la carretera, muchos de estos olmos, con las hojas de esta primavera ya secas y de un color rojizo muy característico. Lo peor, sin embargo, está ocurriendo en la arboleda del Rodeo, en Aracena. Aquí, 13 enormes ejemplares de Ulmus minor, de unos 3 m de perímetro de tronco y unos 25 m de altura, formaban un conjunto único, un auténtico monumento natural. De los 13 árboles, 8 presentan síntomas avanzados de la enfermedad o están ya totalmente secos. En esta arboleda la enfermedad sigue una dinámica de libro. Recordamos que unas anillas colocadas en sus troncos debilitaron hasta casi secarlos totalmente a dos de estos olmos. Esa debilidad probablemente indujo un ataque de escolítidos que infectaron de grafiosis los dos olmos. Desde entonces la enfermedad se ha ido expandiendo hacia los demás árboles progresivamente, probablemente por contacto entre las raíces. Si no se hace nada y todo sigue según lo previsto, pronto los 13 árboles estarán secos.

(Pulsa en la foto para ver más imágenes)

Encinas Gemelas. Puerto Moral

Este banco en la parte alta de Puerto Moral, junto a la iglesia, ocupa un lugar privilegiado. Invita, en estas tardes de verano, a tomar el fresco y contemplar el paisaje: las huertas del pueblo, abajo, y al fondo, los montes. De hecho, el ayuntamiento, consciente de que éste era un lugar estratégico, decidió convertirlo en una especie de pequeño y discreto mirador, acondicionando la acera y un espacio para aparcamiento e instalando un punto de información turística y dos o tres bancos más, aparte del que aparece en la foto. Nosotros lo traemos aquí porque nos ha sorprendido que, contrariamente a lo que estamos acostumbrados, en las obras de acondicionamiento se decidiera respetar las dos grandes encinas que crecen desde la calle de abajo y dejar hueco el espacio que ocupan en la estructura que salva el desnivel entre las dos calles. Así, han conseguido que estas dos viejas encinas sigan, como desde hace tantos años, formando parte del casco urbano de Puerto Moral, y ahora además que contribuyan a sombrear el mirador y a darle un carácter especial.

(Pulsa en la foto para ver más imágenes)

Poda en Linares de la Sierra

En el entorno de la iglesia de Linares de la Sierra había, desde hace muchos años, una bonita melia con una copa enorme, equilibrada, perfecta. Por su tamaño y por el sitio que ocupaba, esta melia era uno de los árboles más destacados del pueblo. Decimos “era” porque hace poco tiempo parece ser que a alguien (no sabemos quién) le llamó la atención, la vio quizás muy bonita y decidió que había que “podarla”. El resultado se puede ver en la fotografía. Da un poco de vergüenza hacer públicas estas cosas, pero por desgracia, esto es lo que tenemos. En la entrada “Poda en las Tenerías” ya estuvimos hablando de las técnicas de poda y de cómo se aplican últimamente por estos pueblos. Un ejemplo más a sumar a la lista. En Linares, el que ha hecho esta poda y el que se la ha encargado, desde luego, se han cubierto de gloria.

(Pulsa aquí para ver más imágenes)

domingo, 24 de mayo de 2009

Despedida

Finalmente la Diputación de Huelva ha decidido cerrar la Oficina Técnica de Regadíos en Fuenteheridos. Esta Oficina ofrecía a los agricultores serranos asesoramiento técnico sobre frutales y regadíos, y era la referencia obligada en la Sierra sobre temas de castaños. En ningún otro sitio se tenían conocimientos técnicos tan directos y precisos sobre el castañar de la Sierra como en esta Oficina. Los artículos que publicamos aquí sobre la socarrina de los castaños o sobre los problemas del castañar son un ejemplo de ello. Además, desde la Oficina se intentaban abordar soluciones concretas para las muchas dificultades que afronta hoy en día el castañar. Con esta decisión la Diputación de Huelva retira el apoyo que venía prestando al castañar serrano en un momento crítico para su supervivencia. En el siguiente artículo, el director de esta Oficina, Diego Diajara, hace un balance del trabajo realizado y nos deja sus reflexiones.

BALANCE DE 10 AÑOS DEDICADOS A INTENTAR MEJORAR LA AGRICULTURA SERRANA
El día 31 de mayo la Oficina Técnica de Regadíos cierra definitivamente sus puertas. Me gustaría, en nombre de mis compañeros y en el mío propio, despedirme profesionalmente de todos vosotros, agricultores y serranos en general, como debe de ser. Quisiera también dejaros un breve resumen del trabajo realizado y unas últimas reflexiones, por si a alguien pudieran serle de alguna utilidad.

Nuestro principal objetivo a lo largo de estos 10 años ha sido tratar de mejorar la calidad y la rentabilidad de nuestros castaños y regadíos. Hemos investigado profundamente el castañar tradicional, hemos dado a conocer nuevas variedades de castañas hasta ahora desconocidas por muchos, hemos asesorado y colaborado en diseño y manejo de estas nuevas variedades y plantaciones, hemos hecho los seguimientos oportunos para que si se detectaba alguna enfermedad de cuarentena, erradicarla y que no se transmitiera al castañar tradicional, y hemos organizado varios eventos y jornadas técnicas en la Comarca y fuera de ella.

En cuanto a los regadíos ¿que os voy a decir? Hemos sido el eslabón para unir y convencer a varios Alcaldes de que una de las cosas mas importantes que se pueden hacer en la Sierra es recuperar los regadíos históricos, para que estas tierras vuelvan a ser lo que todos soñamos y por desgracia sólo unos pocos hemos conocido. Tierras generadoras de riqueza y de puestos de trabajo tan necesitados en estos tiempos. Hemos convencido a las Administraciones tanto provinciales como regionales de la necesidad de modernizar, de acuerdo a los nuevos métodos de riego, estos regadíos que antaño fueron parte del sustento de vida de muchas familias. Hemos llevado a cabo intensas negociaciones y trámites con la Confederación Hidrográfica del Guadiana para obtener las concesiones de agua que se requieren antes de constituir la definitiva Comunidad de Regantes del Valle del Múrtigas.

Además, en colaboración con varios agricultores, se han hecho plantaciones de frutales, que nada tienen que envidiar a las mas modernas de Europa. Ahí están para dar ejemplo de como se puede desarrollar una fruticultura de primor, respetuosa con el medio ambiente y el entorno, generadora de mano de obra asalariada y familiar.

Finalmente hemos colaborado con diversos medios de comunicación (Prensa, Radio y Televisión), para ayudar a que nuestros productos agrícolas se conozcan y se aprecien por parte del consumidor. Además, hemos colaborado con varias Universidades y con distintas Consejerías, muy especialmente con la Consejería de Medio Ambiente y con la de Agricultura. También hemos intercambiado conocimientos y experiencias con Científicos del castaño a nivel internacional, del INRA y Ctifl de Francia y del INIA de Chile.

En una palabra hemos hecho todo lo que estaba en nuestras manos, para levantar el castañar y fruticultura Serrana tan olvidada por nuestros políticos, los de antes y los de ahora.

Nuestra Oficina cierra precisamente ahora que empezaban a verse los resultados del esfuerzo y el trabajo de un equipo que ha sabido suplir con dedicación y cariño la escasez de medios que nos proporcionaron. Como comprenderéis, a mi edad, que cierren la Oficina a mi ya no me causa un gran trastorno personal, pero lo siento especialmente por mis compañeros que son bastantes mas jóvenes que yo. Sin embargo, mi principal preocupación es otra: temo que este cierre sólo sea el síntoma de un problema mayor: la despreocupación y el desinterés de los políticos hacia las perspectivas y el futuro agrícola de toda una Comarca y la ilusión de muchos agricultores.

¿Que va a ser de nuestros castaños? ¿Quien va a seguir investigando para aumentar su rentabilidad y que no acaben un día siendo pasto de las llamas? ¿Quien va a seguir velando para que enfermedades nuevas o plagas de introducción reciente en Europa no los invadan? Y ¿Qué pasará con los ensayos que tenemos en marcha para investigar 12 variedades de castañas mediante injerto en 4 fincas con cuyos propietarios se firmó un contrato por 5 años? La verdad, en estos momentos no lo sabemos. ¿Que va a pasar con la futura Comunidad de Regantes?, ¿Se va a llevar a feliz término su constitución? ¿Vendrán las ayudas que han prometido para que ese bien tan preciado que es el agua, llegue hasta donde hace muchos años no llega? No olvidemos que antes de ser declaradas Parque Natural, estas tierras ya eran un vergel, gracias a su naturaleza y al esmero de los propios agricultores.
Una forma efectiva de luchar contra el cambio climático sería invertir para proteger este verdadero pulmón de oxigeno que contribuye a purificar el aire que respiramos. En lugar de ello, vemos cómo se destinan miles de euros a organizar jornadas para hablar del cambio climático.

Esperamos al menos que sensatez política no desaparezca totalmente, y que la Oficina Agrícola se mantenga, aunque sean otras personas las que trabajen en ella. En los tiempos que vivimos es bueno y necesario que haya regeneración en todos los ámbitos de la Administración. Por eso desde aquí pido a nuestros gestores, que busquen a otro grupo de personas y sigan el buen camino que nosotros iniciamos hace ahora 10 años.

Sé que muchas veces os he cansado con tecnicismos y palabras un poco raras, refiriéndome a nuestros queridos castaños, pero no quedaba otro tipo de expresión. Ahora ha llegado el momento de dirigirme a todos vosotros como agricultor (no tengo castaños) y sobre todo como Serrano, que nació y que finalmente descansará a la sombra de ellos (el cementerio de mi pueblo también esta rodeado de estos majestuosos árboles).

Como culminación a 10 años de trabajo, voy a repetir una Ponencia mía, que di en la 1º Feria de la Castaña Andaluza que se celebró en Fuenteheridos, porque me consta que la mayoría no la conocéis y creo que os gustará. Mirad, decía así:

Me gustaría que dejáseis volar vuestra imaginación, pues si bien mis palabras carecen de rigor científico, sí creo que os producirán los mismos sentimientos que a mí al pronunciarlas.
La castaña es un fruto distinto a los demás. Ningún otro fruto reúne a la familia, a los amigos, a los vecinos para juntos charlar, contar anécdotas, los abuelos contarles cuentos a sus nietos... mientras juntos, y al calor de la candela, esperamos que se ase un tostao de castañas.
Es por tanto un fruto evocador de añoranzas. Es motivo de fiesta y alegría.... Es un rito muy antiguo que pervive en nuestros días.
¡Qué entrañable es contemplar estampas otoñales y Navideñas de grandes ciudades sumergidas en la vorágine del día a día, y ver cómo en una esquina de una céntrica calle hay un vendedor de castañas asadas que, como si quisiera que el tiempo no pasase, entre el calor, el humo y ese olorcillo tan agradable con sabor a pueblo y a castañas asadas, ofrece una imagen que no parece de nuestros días!
Por todo ello, es un fruto rodeado de un halo de nostalgia y recuerdos de niñez, que a todos nos agrada guardar en nuestra memoria, para seguirlo transmitiendo a generaciones venideras.
Los castaños, esos grandes desconocidos por muchos, y casi olvidados por otros, esos árboles llenos de misterios, son los que hacen posible que los Serranos nos sintamos orgullosos de tener un paisaje único.
Alguien dijo que los castaños han subido a los altares sin ser madera para santos, pues muchos retablos y altares de Iglesias y Catedrales están hecho con esta noble madera. Tan nobles son los castaños que cuenta la leyenda que, bajo su espesura, nunca se pudieron esconder charlatanes y filibusteros, pues después llegaba el otoño y se quedaban al descubierto (cada uno que lo interprete como quiera).
A finales de otoño se visten con sus mejores galas... colores amarillos, rojos, ocres... para después, irse desnudando lentamente, mostrándonos sus esbeltas y hermosas siluetas, antes de descansar en el crudo y frío invierno serrano. Aunque vetustos y ahuecados por las inclemencias del tiempo y el paso de los años, no quieren que los abandonemos. Saben que son necesarios para mantener vivo el ecosistema de la Sierra. Pasan el invierno desnudos, acumulando el frío que tan necesario les es. Cuando llega la primavera, nos dan una lección magistral de naturaleza llena de esplendor y verdor y dan cobijo a los pájaros para que nidifiquen y se reproduzcan. Es toda una invitación a comenzar un nuevo ciclo de vida. En los rigores del verano, mientras están gestando una nueva cosecha, nos protegen con su sombra, y dan frescor a las noches serranas...

Por todo ello, tenemos que luchar para que nunca desaparezcan, ni se vean diezmados. Imaginarse la Sierra... nuestra Sierra, sin sus castaños, seria como imaginarse que a la Tierra, un día le faltase el sol.

Diego Vicente Diajara Hidalgo.

Recuerdos

Estimados Amigos de los árboles de nuestra Sierra,

Soy Manuel Moya, de Fuenteheridos, y quiero felicitaros por el blog, que me recomienda Carmen Castillo. Mi padre, agricultor de Fuenteheridos, ha dedicado su vida al cuidado de los árboles y por eso aplaudo vuestra iniciativa. Os hablaré sucintamente de mi padre, que vive todavía y que sigue queriendo a los árboles. No he conocido a nadie que los haya querido tanto y agradecido tanto su existencia. Un día fui a buscarlo al campo, cuando él ya tenía 70 años. Lo vi empujando trabajosamente un carrillo lleno de piedras. Le pregunté qué hacía, qué estaba haciendo. Lo que estaba haciendo era, nada más y nada menos, rellenar (empastar) los huecos de los viejos castaños con esas piedras y con la tierra que sacaba de los alrededores. Me dijo que eso lo hacía para que los castaños aguantasen mejor las embestidas del viento y los aguajes, para alargar, en suma, la vida de los castaños. A tí qué más te da, le respondí, tú tienes ya setenta años. Bueno, me dijo, las cosas no son así. Si el abuelo de mi abuelo hubiera pensado esto desde luego que no hubiera plantado o cuidado sus castaños. Yo he podido vivir del campo porque el abuelo de mi abuelo sembró y cuidó unos castaños que a él le iban a producir muy poco y sin embargo trabajó. Mi obligación es dejarles a los nietos de mis nietos las cosas como me las encontré, ni más ni menos. También, resumió, ellos tienen derecho a comer, como lo he tenido yo.
Os relato esta pequeña historia como ejemplo y como paliativo para quienes todo lo quieren aquí y ahora y son capaces de destruir todo cuanto se les ponga a su alcance, por conseguir un "pelotazo" ya pero ya. Hemos perdido el ritmo y el tiempo de las cosas importantes (el tiempo y el ritmo de la Naturaleza) y nos hemos convertido en extranjeros de nuestra propia casa, en gente de paso, cuando no en simples depre-dadores. Por eso os felicito y os aplaudo por la iniciativa del blog.

Yo también planto árboles. Árboles de la memoria, los llamo. Cuando voy a un lugar emblemático (la Alhambra, Silos, El Museo del Prado, la Mezquita Azul de Estambul, El capitolio o el Coliseo romano, el cementerio de Moguer o de Soria, donde están enterrados Juan Ramón o Machado, respectivamente, o el barranco de la Fuente Grande, en Alfacar, donde se dice que reposan los restos de Lorca...), me traigo semillas de distintos árboles y las siembro en mi terraza hasta que alcanzan la altura necesaria para plantarlos en mi huerta. Si entre los blogueros hay alguien interesado/a en alguno de estos árboles, le ruego se ponga en contacto conmigo y yo, gratuitamente, le proporcionaré alguno.

Un abrazo a todos

Manuel Moya

jueves, 23 de abril de 2009

Procesionaria. Aracena

La procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) es una plaga que puede tener efectos devastadores no sólo en los pinos, sino también en los cedros. En el Parque Municipal de Aracena hay cinco cedros enormes y muy bonitos, y los cinco están afectados por esta plaga. Se nota porque de sus ramas cuelgan abundantes los bolsones, los típicos nidos de seda donde se refugian en masa las orugas. Se nota además porque durante el invierno las orugas han ido comiendo y han dejado los árboles sin hojas, como si se hubieran secado, principalmente por su cara sur, la más cálida y la preferida por las orugas.

La procesionaria es una mariposa nocturna. Los adultos, que no se alimentan, no viven más de una o dos noches, el tiempo suficiente para reproducirse y que cada hembra deje sobre las acículas de los pinos o cedros cientos de huevos. Las orugas, al principio muy pequeñitas, salen a finales del verano y empiezan a alimentarse sobre las mismas acículas donde nacieron. Poco a poco van creciendo y desplazándose por el árbol y cuando llega el invierno construyen los bolsones de seda que les sirven de refugio contra el frío. Las orugas son muy voraces y, cuando sus poblaciones son altas, suelen dejar los árboles sin una sola hoja. A finales del invierno han aumentado su tamaño en diez veces. Entonces bajan de los árboles en procesión, una tras otra en una larga fila, en busca de un lugar apropiado donde enterrarse hasta una profundidad de unos 15-20 cm. Este año, en el Parque de Aracena estas procesiones tuvieron lugar a finales de Febrero. Bajo tierra las orugas se transforman en crisálidas que, pasado un tiempo que va desde varios días a varios años, sufren la metamorfosis y dan lugar a los adultos. Las mariposas salen de la tierra en verano, durante el crepúsculo, para reproducirse y cerrar de nuevo el ciclo.

Hay varios motivos por los que el Ayuntamiento debería ocuparse de esta plaga y evitar que siga aumentando sin control:
1. Las orugas están dañando y debilitando los cedros del Parque
2. Las orugas están cubiertas de pelos urticantes. Cuando son muy abundantes pueden provocar irritación y reacciones alérgicas intensas en la gente que visita el Parque. Dos de estos cedros están junto a la zona de juegos infantiles.
3. El Parque actúa como un foco desde el que la plaga se extiende por otras zonas.

Los tratamientos posibles son: En verano, la colocación de trampas con feromonas para combatir la reproducción y la puesta. En otoño, tratamiento insecticida contra las orugas pequeñas. En invierno, eliminación de los bolsones. No estaría de más, también, la colocación de cajas nido que favorezcan la presencia de pájaros insectívoros en el Parque.

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Alcornoque de Los Marines

En el camino que sale de Los Marines hacia el cementerio, a escasos 50 metros de la entrada de éste, está este magnífico ejemplar de alcornoque. Está situado justo en un talud al borde del camino, con la mitad del tronco en el camino y la otra mitad en la linde de una parcela privada. Este alcornoque, muy antiguo, ha debido acompañar a los usuarios del camino, que baja a las huertas de Los Marines, durante al menos el último siglo. Tiene un enorme tronco de 4.60 m de perímetro, una vez descorchado. Antes del descorche superaría de largo los 5 m. La copa abarca una enorme superficie y, en general, el árbol está aparentemente en buen estado.

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